Calle Padre Mier, por donde pasaría el subterráneo. Foto: Gustavo Mendoza |
Excavar en esta zona trae de nueva cuenta el rumor sobre una supuesta red de túneles bajo las antiguas casonas, que conectarían con la Catedral o el Antiguo Palacio Municipal, según las leyendas.
Mientras sean rumores o inventos de antiguos pobladores, para el arqueólogo e historiador Enrique Tovar Esquivel el proyecto del Metro demandaría la presencia de especialistas para estar atentos ante un posible descubrimiento.
Si bien no se trata de un sector construido sobre una ciudad prehispánica –como en la Ciudad de México- Tovar Esquivel recordó que la ciudad tiene 400 años de antigüedad por lo que valdría la pena estar pendientes a la excavación.
“Inevitablemente sabemos que esta ciudad tiene más de 400 años, entonces podemos encontrar depósitos que nos hablarán de la vida cotidiana de esa época”, sostiene el investigador del centro INAH Nuevo León.
El proyecto de Línea 3 del Metro pretende extenderse de la estación Zaragoza hacia Félix U. Gómez, pasando por la calle Padre Mier y doblar en Florencio Antillón.
Los famosos túneles
Bien se dice que una mentira dicha mil veces termina convirtiéndose en verdad.
Hablar sobre los túneles del Barrio Antiguo –y de casi todo el centro– es entrar al mundo del “me lo contó mi papá o mi abuelo”, aunque nadie tenga pruebas contundentes.
El supuesto túnel de la Catedral al Obispado es el más famoso. Pero también existe el que va del Antiguo Palacio Municipal a la Casa del Gobernador, el que existía bajo La Ciudadela (hoy Teatro “José Calderón”) o en el subsuelo de la Casa del Campesino. Como sucede en muchas ciudades de México, los supuestos túneles no son más que los primeros sistemas de drenaje urbano.
“Tenemos que ver que este tipo de obras eran poco viables, si nos ponemos a considerar que hay dos factores: el humano, ¿cuánta gente vamos a necesitar para hacerlos?; y el económico, pues sabemos que Monterrey en esa época era una ciudad pobre”, detalla el ganador del Premio de Investigación Histórica “Israel Cavazos Garza”.
Lo que sí debe existir bajo la calle Padre Mier son extensiones del drenaje pluvial que se mandó construir bajo el mandato de Bernardo Reyes a comienzos del 1900.
Pero como las redes de drenaje están forradas de ladrillo con una altura de casi dos metros, se les puede confundir como túneles.
“Si fueran túneles para escapar habría registros de ellos durante la Guerra de Independencia, en la Invasión Norteamericana de 1846 o en la Revolución, pero no existe tal referencia”, apunta.
Tesoros bajo la tierra
La calle Padre Mier es una de las históricas de la ciudad, por ello demandaría ser estudiada sí se concreta el paso del Metro por esta vía.
Además de los ductos de drenaje creados a comienzos del siglo XX, su conexión con la calle Florencio Antillón podría resguardar más pistas sobre la batalla de mexicanos contra norteamericanos en septiembre de 1846.
Tovar Esquivel recuerda que en zonas cercanas se han recuperado más de una decena de cadáveres de dicha época en diversos proyectos arqueológicos.
“En el 46 esa zona fue sitio de batallas constantes, se puede encontrar incluso esqueletos como ya pasó con el proyecto de la arqueóloga Araceli Rivera”, apuntó.
Aunque no se ha oficializado el inicio de trabajos en la zona para extender la vía del Metro, Enrique Tovar recomendó a las autoridades otorgar un plazo de tiempo para que los especialistas puedan investigar la zona.
“Ahí debe de existir un equipo de arqueólogos, aquí ya se pretende trabajar dentro de la ciudad. Es bastante factible registrar evidencias humanas en este particular espacio”, dijo.
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